ARTE CON OLOR

Lorena Rodríguez Cea

ARTE POR SU OLOR


¿A qué huele la pintura abstracta y matérica de Dennis Hollingsworth? ¿Y un óleo figurativo de un jardín firmado por Guillermo Pérez Villalta? ¿O un curioso retrato realizado por Guillermo Kuitka? 

Eugenio Merino, The Smell of Art,  2010. Foto: Camilayelarte

Habéis imaginado nunca a qué huele un Ràfols-Casamada o una instalación de Carlos Pazos? Coleccionar arte por su olor, es, entre otras cosas, lo que hace el perfumista Ernesto Ventós. Els Arts Santa Mònica nos ofrece la oportunidad de adentrarnos en una nueva forma de aprehender el arte. Preparad vuestras narices porque esta es una exposición que requiere despertar al Jean-Baptiste Grenouille que llevamos dentro (si es que lo llevamos).



Vista general de la exposición. Foto: Camilayelarte

El proyecto está comisariado por  Cristina Agàpito conservadora de la colección OlorVISUAL. Puede el arte experimentarse más allá de lo visible? Pues para Ernesto Ventós sí, y desde ayer para mí también. El olor es probablemente uno de los sentidos menos tenidos en cuenta a la hora de experimentar el arte: la vista, el oído y el tacto (a menudo imaginado por culpa de las rígidas convenciones museísticas) están más presentes en las obras de arte contemporáneo que el olfato. No es que las obras de esta exposición despendran literalmente olor, sino que su poética y lenguaje fueron capaces de despertar en la sensibilidad de su coleccionista distintas analogías olfativas. Todas las obras que forman parte de la colección OlorVisual están ahí no solo por su valor estético, sino también por el aroma que han sabido evocar en su propietario, el perfumista catalán Ernesto Ventós. El visitante puede comprobarlo por sí mismo en la muestra Arte esencial, un aroma internacional, que se inauguró el pasado lunes en el Casino de la Exposición de Sevilla y que reúne 58 obras de otros tantos artistas nacionales e internacionales. Ventós, que colecciona arte desde hace 33 años, les pide a los propios artistas un texto con notas olfativas sobre su trabajo. Así Noumenal, del americano nacido en Madrid Hollingsworth, huele a algas; la vegetación creada por el tarifeño Pérez Villalta en El jardín cerrado recuerda el aroma de un naranjo, mientras que el rostro cubierto por un mapa del argentino Guillermo Kuitca desprende un olor a barro húmedo.



La paleta del perfumista que rige el discurso expositivo: Foto: Camilayelarte
Francesca Llopis, Gotescauen, 2006-2007. Vídeo. Olor: Floral. Foto: Camilayelarte

Siguiendo la paleta del Perfumista, dividida en colores como si fuera un pantone, las obras están agrupadas por los olores que las simbolizan. Por si acaso nuestra paleta olfativa fuera más bien limitada, las distintas secciones van acompañadas por pequeños frascos que podemos oler para hacernos una idea a qué tipo de fragancia están haciendo referencia,

 

Fabian Marcaccio, Ground-Working, 2006. Olor: Cítirico. Foto: Camilayelarte

Perejaume, Font de Llorà, 1990. Olor: Ozono. Foto: Camilayelarte

El listado de artistas nacionales e internacionales es extenso: Carmen Calvo, Soledad Sevilla, Douglas Gordon, Perejaume, Ernesto Neto, Palazuelo, Enrique Marty, Zang Huan, Christo...y un larguísimo etcétera

Gabriella Gerosa, El comedor de polen, 2011. Olor: Floral. Foto: Camilayelarte

Ixóne Sábada, Phlegmoné III, 2004. Olor: Ánima. Foto: Camilayelarte

Lo más hermoso es que lejos de buscar asociaciones estilíticas o históricas, las obras  de artistas tan dispares se asocian entre sí por un elemento tan efímero como el olor.  Su planteamiento nos muestra que no hay límites  a la hora de experimentar el arte, que una obra puede sugerir infinidad de asociaciones, tantas cómo el público sea capaz de concebir. Esta es una exposición que rompe con los clichés de la percepcíón artística y que reivindica la experiencia sensorial en el arte. 


Marina Vassileva, Tango, 2007. Olor: Verde. Foto: Camilayelarte

Yasumasa Morimura, Un diálogo con Frida Kahlo. Four Parrots, 2001. Olor: Fruta. Foto: Camilayelarte

Lo Mejor: Ir oliendo los frascos y mirando los cuadros disfrutando por la extraña asociación de sensaciones e ideas.

Lo Peor: Hay muchas obras y muy juntas, un poco como los frascos de esencia del "Piano del Perfumista" que se exhibe al principio de la exposición

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